No solo es una gran responsabilidad, sino que es una fuente inagotable de enseñanza y bienestar. Haber compartido gran parte de mi vida con animales me ha hecho inmensamente feliz pero además me ha aportado innumerables beneficios.

1.-A vivir cada momento intensamente
Éllos disfrutan de un paseo, de un rato de juego o de una comida como si fuese la primera o la última de su vida. También tienen sus ansiedades y sus preocupaciones pero todo les hace disfrutar y viven intensamente. Es algo así como el “carpe diem pewuno”
Además, cada día se reservan un rato para explorar y ejercitarse, no pasan un día entero sin hacerlo aunque solo sea un poquito. En cuanto al paseo, le da igual a donde ir, son felices por acompañarme y sabe valorar esos momentos. No hay nada para hacerme sonreír como ver lo contentos que se ponen porque salen a pasear.

2.- A amar sin condiciones: Mis pewos me enseñaron el valor del compromiso y de la reciprocidad. Gracias a mi pewo aprendí el valor de la lealtad, que es inmensa. Y el amor incondicional, el amor de pase lo que pase y el amor de “te quiero siempre a mi lado porque contigo mi vida es infinitamente mejor”

3.- A ser paciente y a perdonar: En realidad cada día me enseña a no enfadarme.La vida no es de color de rosa y eso mi pewo lo sabe; sin embargo, es capaz de perdonar cualquier fechoría o cualquier salida de tono y seguir hacia adelante, porque hay un lazo mucho más grande que nos une para siempre.
Él me comprende y conoce el valor de no tener segundas intenciones, mi pewo posee una absoluta bondad y pureza.

4.- A adorar el caos: Adoro su desorden ordenado. En medio del caos de juguetes y huesos entre las diferentes habitaciones de la casa él sabe donde tiene lo que quiere y lo que le quiere en todo momento.
No hay razón para perder el tiempo en organizar sus cosas ni en establecer prioridades: es feliz con lo mucho o poco que tenga, recuerda que lo tiene y sabe disfrutarlo. Si yo comienzo a recoger sus juguetes para llevarlos a su canasto me persigue por toda la casa para asegurarse de tenerlo todo controlado. Y lo más asombroso es que lo consigue. Ojalá fuese capaz de llevar mi vida tan organizada sin preocuparme por el orden constantemente.

5.- A disfrutar de los pequeños placeres de la vida: Escuchar su respiración o ronquidos en la noche me produce una paz indescriptible. Se acuesta cerca de mí y se siente seguro y amado. Tanto como yo a su lado. Me resulta tan delicioso escucharle como atender a la brisa del mar o al cantar de los pajaritos (que luego sale persiguiendo!)

6.- A comunicarme con mi cuerpo: Puede que mi pewo no entienda lo que yo le estoy diciendo pero sabe por mis gestos o la forma en la que posiciono mi cuerpo hacia él cuál es mi estado emocional o si le quiero decir algo. Ambos nos hemos vuelto muy habilidosos para comprendernos y no hay nada que se nos resista. Los animales son verdaderos detectores de emociones.

Es muy común que los que han compartido su vida con un animal hayan tenido la sensación de que en verdad parece que entienden lo que les decimos. Es cierto, lo hacen.., no sé si por lo que decimos o por cómo lo decimos pero nuestra capacidad de comunicación y de intercambio llega a ser alucinante.
Realmente esto me ha hecho consciente de lo que puedo llegar a transmitir.

7- A sentirme única e irremplazable: Un pewo te enseña cientos de cosas, te da lo que necesites y te seguirá toda la vida. Pero lo que un animal te va a enseñar es a quererte y a aceptar el hecho de ser una persona merecedora de amor.
Mi pewo me ha hecho mejor persona y sé que seguirá haciéndolo cada día. Me ha enseñado que puedo ser amada con gran intensidad y de forma incondicional. Pero además me ha enseñado el valor de decir te quiero cada día y, además, decirlo sin palabras <3

R. Aldana.

error: Pewo que ladra no muerde!